20 de julio de 2008

COMO EDUCAR A LA MINISTRA DE EDUCACIÓN

A propósito de la estudiante que arrojó un vaso de agua a la Ministra de Educación chilena.

"Yo estaba tranquila y la ministra no me quiso escuchar (...) lo primero que encontré fue el jarro de agua y dije 'bueno, a nosotros cuando queremos dialogar nos golpean y nos mojan' (...) como no está escuchando (la ministra), dije 'bueno, agua es lo menos'", contó la menor.

María Música se llama. Tiene 14 años y ya es una veterana de la lucha social. Ha estado cuatro veces detenida y ha quedado registro de sus hematomas en brazos y piernas de los golpes brutales de los carabineros. No es la única. Miles de muchachas y muchachos de su edad sufrieron el mismo tratamiento. ¿Lo sabe la señora ministra? ¿Le importa la educación de esos niños y niñas a la señora ministra de Educación? ¿Alguna vez estuvo en la entrada de un cuartel de carabineros cuando dejan salir a sus niños y niñas prisioneros temblorosos, apaleados, algunos llorando de indignación?

María quiso dialogar con la ministra de Educación Mónica Jimenez. Quiso que le explicara porqué los carabineros los muelen a palos y patadas cada vez que salen a pedir mejor e igualitaria educación para todos los jóvenes chilenos. La ministra presidía un evento que las autoridades habían denominado “encuentro participativo”. Pero no contestaba a las preguntas. La ministra ni se dignó responderle María. La muchacha se indignó y arrojó un jarro de agua a la cara de la ministra. ¿Típica adolescente rebelde? Tal vez. Pero: ¡Que bien le hace al futuro de Chile y del Mundo esa rebeldía!

La presidenta Bachelet dijo que lo de María fue un "acto antidemocrático". Nunca dijo lo mismo, que se sepa, cuando las 4 veces que aporrearon a María en cuarteles de carabineros.
En cambio, María Música no lesionó a la ministra. No le pegó con un palo, ni le arrojó agua urticante a presión, solo un poco de agua limpia. Intentó, quizá, despertarla, sacudirla, para que viera la necesidad tremenda de los jóvenes de familias trabajadoras de Chile, de educarse.

Si lo analizamos bien, podemos concluir que María le dio una lección de educación a la ministra de Educación. Le enseñó que los niños y niñas de Chile, de la clase trabajadora, a la que los gobiernos de la clase rica niegan educación, pertenecen a una generación extraordinaria, que están aprendiendo muy rápido. María tiene 14 años. Representa el futuro de Chile, como los miles de pinguinos adolescentes, como su tocaya María Jesús Sanhueza, la célebre "vocera" "pinguinos" del 2006, que salen a luchar contra los continuadores de la "educación" pinochetista, contra los carabineros pinochetistas, contra los que defienden una educación elitista solo para las clases altas.


En el 2006 fue la llamada “revolución de los pingüinos”, un millón de adolescentes tomaron todas las escuelas de Chile, formaron asambleas democráticas, y durante meses protagonizaron una gesta extraordinaria que se ganó el apoyo popular. La llamada “revolución de los pingüinos” tumbó la ley de Pinochet. Pero el gobierno hizo otra con igual criterio privatista que intenta hacer aprobar. Que piden los estudiantes: fin a la LOCE (la ley de educación de Pinochet) y al proyecto de LGE (la que hizo Bachelet), fin al sistema municipalizados de administración de recursos, fin al lucro, Tarjeta Nacional Estudiantil los 365 días del año y gratuita, entre otros temas. A su vez, se trabaja en temas como aumento del Aporte Fiscal Directo a las Universidades, Triestamentalidad en los gobiernos universitarios, entre otras importantes demandas” (www.aceus.cl).

María, muchachas y muchachos de Chile: sigan así, ¡felicitaciones!, están dando un ejemplo a todo el pueblo de Chile y al Mundo.

COMO EDUCAR A LA MINISTRA DE EDUCACION

La niña que arrojó un jarro de agua a la ministra

Miguel Lamas



María Música se llama. Tiene 14 años y ya es una veterana de la lucha social. Ha estado cuatro veces detenida y ha quedado registro de sus hematomas en brazos y piernas de los golpes brutales de los carabineros. No es la única. Miles de muchachas y muchachos de su edad sufrieron el mismo tratamiento. ¿Lo sabe la señora ministra? ¿Le importa la educación de esos niños y niñas a la señora ministra de Educación? ¿Alguna vez estuvo en la entrada de un cuartel de carabineros cuando dejan salir a sus niños y niñas prisioneros temblorosos, apaleados, algunos llorando de indignación?


María quiso dialogar con la ministra de Educación Mónica Jimenez. Quiso que le explicara porqué los carabineros los muelen a palos y patadas cada vez que salen a pedir mejor e igualitaria educación para todos los jóvenes chilenos. La ministra presidía un evento que las autoridades habían denominado “encuentro participativo”. Pero no contestaba a las preguntas. La ministra ni se dignó responderle María. La muchacha se indignó y arrojó un jarro de agua a la cara de la ministra. ¿Típica adolescente rebelde? Tal vez. Pero: ¡Que bien le hace al futuro de Chile y del Mundo esa rebeldía!


La presidenta Bachelet dijo que lo de María fue un "acto antidemocrático". Nunca dijo lo mismo, que se sepa, cuando las 4 veces que aporrearon a María en cuarteles de carabineros.
En cambio, María Música no lesionó a la ministra. No le pegó con un palo, ni le arrojó agua urticante a presión, solo un poco de agua limpia. Intentó, quizá, despertarla, sacudirla, para que viera la necesidad tremenda de los jóvenes de familias trabajadoras de Chile, de educarse.


Si lo analizamos bien, podemos concluir que María le dio una lección de educación a la ministra de Educación. Le enseñó que los niños y niñas de Chile, de la clase trabajadora, a la que los gobiernos de la clase rica niegan educación, pertenecen a una generación extraordinaria, que están aprendiendo muy rápido. María tiene 14 años. Representa el futuro de Chile, como los miles de pinguinos adolescentes, como su tocaya María Jesús Sanhueza, la célebre "vocera" "pinguinos" del 2006, que salen a luchar contra los continuadores de la "educación" pinochetista, contra los carabineros pinochetistas, contra los que defienden una educación elitista solo para las clases altas.


En el 2006 fue la llamada “revolución de los pingüinos”, un millón de adolescentes tomaron todas las escuelas de Chile, formaron asambleas democráticas, y durante meses protagonizaron una gesta extraordinaria que se ganó el apoyo popular. La llamada “revolución de los pingüinos” tumbó la ley de Pinochet. Pero el gobierno hizo otra con igual criterio privatista que intenta hacer aprobar. Que piden los estudiantes: fin a la LOCE (la ley de educación de Pinochet) y al proyecto de LGE (la que hizo Bachelet), fin al sistema municipalizados de administración de recursos, fin al lucro, Tarjeta Nacional Estudiantil los 365 días del año y gratuita, entre otros temas. A su vez, se trabaja en temas como aumento del Aporte Fiscal Directo a las Universidades, Triestamentalidad en los gobiernos universitarios, entre otras importantes demandas” (http://www.aceus.cl/).


María, muchachas y muchachos de Chile: sigan así, ¡felicitaciones!, están dando un ejemplo a todo el pueblo de Chile y al Mundo.

12 de julio de 2008

Cholo, espick y sudaca soy y no me compadezcas

Respuesta a César Hildebrandt

Por: Carlos Bernales "CABE"

El mismo día de la nota Sudaquismo en pie de guerra, se publicó mi caricatura contra la xenofobia europea. De modo que, mal hace el señor César Hildebrandt en sugerir que le hice una respuesta de emergencia. Peor aun, cuando él no fue aludido, aunque si su apellido puesto a sabiendas pero con el ánimo de hacer una diferenciación entre 'lo bueno, lo malo y lo feo' que existe en las mejores familias.

El mensaje de la ilustración respondía a una preocupación que aterra a muchos peruanos que dependen de las remesas del exterior y, que también caló en otros caricaturistas, llegando al extremismo de Heduardo que propone la expulsión de todos los inmigrantes europeos sin distinción alguna. Mi caricatura no daba ese mensaje.

Lo que yo distingo, es que no da lo mismo un Cipriani manchado de sangre y cojudizando los derechos humanos, con un Bolognesi que quemó el último cartucho defendiendo ideales que no tenían los traidores que lo inmolaron y hoy continúan al frente del poder. Al juntarlos, para atacarme, don César Hildebrandt pierde la puntería.

En este, como en muchos otros temas no hay términos medios, o se está a favor de los trabajadores emigrantes o se les ataca. Don César Hildebrandt, esta vez, se puso del lado de los que nos atacan. Lamentablemente.

Quien escribe esta nota también fue 'ilegal' y aun toma parte en la lucha por eliminar ese término, porque no es lo mismo ser criminalizado 'ilegal', que ser indocumentado. A los Estados Unidos, como a Europa, llegamos quienes nos calificamos trabajadores internacionales, a mucho orgullo, concientes que nuestro trabajo produce y abona la fortuna de los países ricos. Combaten esta 'ilegalidad' quienes sirven al beneficio de las grandes corporaciones tras las mafias de coyotes, asaltantes, capataces, migra y todo cuanto se agita en procura de mano de obra abaratada por la amenaza de la deportación.

Por eso, tampoco estoy a favor de ninguna deportación, ni de los buenos, ni de los malos, ni de los feos. Quienes alguna vez hemos tenido que dar dos vueltas a la manzana, antes de entrar a nuestro departamento, por si alguien nos siguió, no podemos desearle eso a nadie, ni a los enemigos: sería como desear la soga del ahorcado. Pero, las caricaturas son una exageración para llevan al ridículo algunas acciones y gestos humanos. Ese es nuestro trabajo aunque a veces se nos pase la mano. El sr. Hildebrandt, de mente brillante, no entendió mi mensaje. Lo siento de veras y si por confuso acaso lo ofendí, no tengo inconveniente en pedirle disculpas. Pero, repito, nunca tuve intención de insultarlo ni de tratarlo de la forma como él me trata a mí: 'ensucia papeles', 'matón de tintero', 'castrista terminal', “piltrafa intelectual”, etc. Los árabes dicen que quien insulta se mira en el espejo.

Lo que duele es que un intelectual como el sr. Hildebrandt, insulte a dos y medio millones de peruanos, mayoritariamente indocumentados, que cargamos el estigma de ser un 'espick' en EEUU o, 'sudaca' en Europa, término que usa alegremente y pisotea nuestro verdadero 'sueño americano', o europeo, que no es quedarse allá, sino regresar a la tierra. Mientras tanto, contribuimos con nuestras remesas, más de dos mil millones de dólares, mucho más que lo dejan las grandes corporaciones, a paliar la miseria y evitar conflictos sociales que amenazarían la relativa tranquilidad de unos pocos, en un país, como Perú, atacado por el insomnio de quienes no pueden dormir por cuidar lo que tienen y de quienes no duermen buscando la manera de arrebatar lo que no tienen.

Los insultos del sr. Hildebrandt, no deberían dolernos. Debiéramos estar acostumbrados. ¿Acaso no somos también 'ilegales' en nuestros propios países? Que lo digan los bolivianos amenazados por cambas, de origen nazi, que reclaman la sangre del indio que no desean que los gobierne.

El señor Hildebrandt, al igual que su colega Aldo M. me acusa de funcionar a control remoto y... ¡horror! de encarnar el castrismo terminal... ¿qué más? No soy ni he sido castrista militante aunque no niego mi admiración por la revolución cubana, o rusa sin que eso me convierta en un monstruo stalinista, tampoco entiendo que en Perú se suponga que todos funcionamos por órdenes, o por mermelada, negando que yo sólo siga el dictado de mi conciencia. En la misma línea de pensamiento ¿debiera acusar de fascistón a don Hildebrandt porque su ataque a los sudacas solo es aplaudido por esa ralea antihistórica? Claro que no.

Mi colaboración con la Primera, es absolutamente gratuita porque me permite ser libre y tiene, modestamente, el único interés de contribuir a una justicia social en el Perú y al sueño socialista que Mariátegui, el bueno, dejó en nuestros párpados.

A pesar de esta circunstancia y de numerosas discrepancias, yo mantengo mi admiración por la mayoría de sus notas y por él mismo, aunque algunas veces, quizá, cuando por poner una idea nueva en su cabeza vuelve a ponerse la vincha del Fredemo. ¡Ay!

11 de julio de 2008

UN PARO DE PROFUNDO SIGNIFICADO


Por: Oscar Felipe Ventura


En un ambiente de brutal y abierta confrontación y de extrema campaña mediática del gobierno contra el Paro Nacional convocado por la Coordinadora político – social, se realizó con marcado éxito, la justa medida de lucha. El pueblo peruano protestó y lo hizo con mucha energía bajo consignas en contra de la política de hambre, entreguismo, represión y corrupción del gobierno. En La Libertad el Paro fue convocado y conducido por el Frente Regional de Defensa y Desarrollo de La Libertad (Fredell), con un trabajo previo a través de un plan de acción aprobado democráticamente y cumplido rigurosamente por todas las organizaciones participantes de esta medida de lucha. Hubo intensa campaña de difusión de la plataforma de lucha, se realizaron asambleas de base, profusa difusión de volantes, pegado de afiches, etc. Hubo también asambleas de impulso del Paro con dirigentes nacionales como Mario Huamán, de la CGTP, Javier Diez Canseco, del Partido Socialista, Nilver López, del Movimiento Nueva Izquierda (MNI) y Carmela Sifuentes, presidenta de la CGTP. En suma fue un trabajo planificado, en base a la más amplia unidad en torno a la plataforma de lucha nacional y regional.

¿Cuál es el balance del Paro? ¿Fue un fracaso?. Lo real es que el pueblo protestó en las calles. El Paro se sintió en todo el país. La Libertad no estuvo al margen. Paralizaron importantes sectores. Su carácter de cívico - popular estuvo marcado por la participación de las rondas campesinas en toda la Región; también la participación de estudiantes universitarios organizados en la Federación de Estudiantes del Perú (FEP), los Fonavistas, Frentes de Defensa, etc. La movilización fue impresionante, multitudinaria pues cubrió diez cuadras de manifestantes dice la prensa local. Fue la expresión de protesta frente a la frustración e insatisfacción de amplios sectores sociales, aún con bonanza económica, pues sus efectos no llegan a sus bolsillos, tampoco tienen garantías de trabajo, menos, de una remuneración justa. Fue la protesta frente a los privilegios para pocos y el olvido para las mayorías. Protesta contra la naturaleza extremista del neoliberalismo. Fue un paro de profundo significado, del que hay que sacar lecciones.

El Paro Nacional fue un duro golpe político para el gobierno. Cuando el Presidente García dice que comprende y participa de la insatisfacción del 60% de la población está reconociendo – aunque demagógicamente – la contundencia del Paro. Pero se equivoca porque la insatisfacción llega al 75% a nivel nacional y 87% en el sur. Otro síntoma es el cambio de actitud de un conocido periodista radial matutino nacional, quien se caracteriza por ridiculizar a los dirigentes del pueblo. Al día siguiente del Paro, dejó atrás su estilo bonachón y dijo – que “lo de ayer (el Paro) fue un sismo político pero no un cataclismo” y que “el gobierno no está en un atolladero pero tiene que haber cambios” ¿Por qué ese cambio repentino?. Pues porque sintió la pegada.

La plataforma de lucha sigue vigente. La tarea siguiente es la Constitución de la Asamblea de los pueblos desde abajo, con un amplio criterio de unidad

4 de julio de 2008

EL PODER...¿NACE DEL VOTO O DEL FUSIL?


SOBRE EL VIEJO DEBATE ENTRE REVOLUCIÓN Y REFORMA

Por Luis Gárate

En estos días en que en nuestro país vive jornadas como el moqueguazo, se prepara un paro nacional para el 9 de julio y las protestas sociales se reavivan en exigencia de una mejor distribución de la riqueza, el tema de las formas de lucha cobra gran vitalidad para los comunistas.

Se trata, cabe recordar, de una discusión que rondó en las filas del socialismo casi desde sus orígenes. Desde las importantes debates entre Carlos Marx y los anarquistas bakunianos a mediados del siglo XIX, pasando por la división entre los socialistas revolucionarios partidarios de Lenin frente a los reformistas seguidores de Bernstein en los primeros años del siglo XX, y luego en los debates entre las vertientes maoístas, las foquistas y las posiciones comunistas "oficiales" que defendían la coexistencia pacífica del PC soviético.

Para los partidarios de la visión marxista del socialismo, está claro que el rasgo revolucionario radica en primer lugar en la teoría. El análisis de la sociedad capitalista, sus contradicciones así como la alternativa a este sistema, es profundamente revolucionaria, pues Marx habla del paso de un tipo de sociedad a otra, un cambio que solo puede ser radical –entiéndase de raíz – ya que implica cambiar los cimientos mismos de la sociedad organizada en torno a la propiedad de los medios de producción.

Pero, cuando hablamos de un cambio radical, ¿hablamos solo de un cambio violento, un cambio por la vía de la insurrección armada? Frente a este interrogante, no faltan aquellos que acuden a la célebre frase de Marx, "la violencia es la partera de la historia" o "el poder nace del fusil" acuñada por Mao Tsetung.

Lo que hacen algunos es sacar de contexto las palabras, haciendo de ellas una mecanización de frases útiles para justificar sus aventuras teóricas y sus ímpetus de "dirigentes" en algún escenario de agitación.

Las formas de lucha, acercándonos a un análisis marxista, responden a la lucha de clases y a la correlación de fuerzas sociales y económicas en determinado período de desarrollo de la sociedad.

Retornamos de nuevo a la pregunta inicial, ¿el poder nace del voto o del fusil? ¿Existe, acaso, una absoluta contradicción entre ambas formas de lucha, la electoral y la armada?

La lucha política y social en la democracia capitalista adquiere diferentes formas, y en determinados escenarios deriva en la violencia. La violencia no es gratuita, y se explica cuando la formalidad institucional burguesa no canaliza ni resuelve las contradicciones entre las clases sociales.

El escenario internacional
Vale la pena revisar la situación de los movimientos que en el mundo y desde el socialismo levantaron la lucha armada como forma de alcanzar el poder en sus diferentes expresiones.

El caso más emblemático fue la Revolución rusa de octubre de 1917, que se dio en un escenario marcado por una monarquía zarista en debacle por involucrarse en la I Guerra Mundial, con la crisis en las filas militares rusas, y un gran vacío de poder, y por la participación de muchos actores revolucionarios. Sin duda la dirección política de Lenin y los bolcheviques en ese proceso fue decisiva en el curso de los acontecimientos y la victoria de una salida hacia la revolución socialista.

La victoria comunista en China fue el resultado de una guerra del campo a la ciudad prolongada y alimentada en la lucha campesina contra un régimen corrupto con remanentes feudales y luego, por la guerra nacional contra la invasión japonesa.

Las corrientes más radicales derivadas del maoísmo que se desplegaron en China en los años 60 y que tuvieron cierto eco en países como Camboya, acabaron en experimentos políticos que derivaron en el dogmatismo, el sectarismo y la violencia indiscriminada. (Revolución Cultural china, Khmer Rouge camboyano) y nutrieron en ideas a fenómenos como el senderismo en nuestro país.

La luchas guerrilleras en latinoamericana tuvieron su cúspide en 1959 con la victoria del movimiento liderado por Fidel y Che en Cuba, cuando contra todo pronóstico, este grupo con aspiraciones democráticas pudo vencer a un ejército regular y tras su victoria, iniciar la construcción del socialismo. Las guerrillas centroamericanas que se inspiraron en la victoria de la Revolución Cubana, provocaron guerras civiles e incluso lograron el poder, como el caso nicaragüense, pero luego y por la ofensiva imperialista esos procesos se resolvieron por acuerdos de paz y transiciones hacia la lucha política electoral como en Guatemala y el Salvador.

Las luchas por la liberación nacional en África y Asia también derivaron hacia procesos socialistas, como en el caso vietnamita, y en el caso africano hacia procesos de democratización, pero que luego se convirtieron en procesos estancados por la caída del bloque socialista, por problemas económicos y conflictos internos.

Hoy encontramos experiencias como las luchas del Partido Comunista- Maoista contra la monarquía retrograda en Nepal, o las luchas de reducidas fuerzas guerrilleras en México,

Otro ejemplo es la situación que vive Colombia. La experiencia desarrollada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC-EP) desplegada desde hace más de 40 años, es una muestra de cómo una fuerza revolucionaria desarrolla una lucha armada de largo aliento, pero se ve desgastada en el tiempo. Las FARC inician su accionar en la defensa de los intereses de los campesinos y el pueblo frente a una oligarquía intolerante, que luego se convierte en una fuerza guerrillera que lucha por el poder por la vía tanto militar como política, y que termina en una guerra de resistencia que solo parece tener solución en una salida política negociada.

Podríamos delinear como balance que la lucha insurreccional y armada se da en determinados escenarios, y ha prosperado donde se han agotado otras vías de lucha, en contextos con una precaria institucionalidad, vacíos de poder, en un entorno internacional convulsionado por grandes conflictos.

La experiencia peruana
En el Perú, tuvimos la experiencia de Sendero Luminoso y el MRTA, grupos que iniciaron la lucha armada a comienzos de los años 80, desde un maoísmo dogmático y una inspiración guevarista, respectivamente, y que provocaron una espiral de violencia y una brutal respuesta de los aparatos represivos del Estado, que utilizaron la ocasión para golpear a todo el movimiento popular y eliminar a miles de peruanos inocentes de las zonas andinas y amazónicas.

Las fuerzas que fueron a la lucha armada en los 80, iniciaron su accionar en un momento en que las clases dominantes así como las fuerzas populares salían de una dictadura militar, para disputar el control del estado con las reglas de juego de la democracia burguesa.

Una lección de la experiencia peruana es que las fuerzas insurrectas subestimaron el poder de las fuerzas armadas y policiales, que contaban con una estructura más sólida, una capacidad de fuego muy superior y el adiestramiento en la doctrina antisubversiva y guerra sucia de la CIA. Jugaron a la agudización de las contradicciones entre las población rural y marginal frente al Estado, especialmente en el caso de Sendero Luminoso, y terminaron poniendo al pueblo entre 2 fuegos: el de las fuerza represivas y el de las fuerzas insurreccionales.

El uso de la violencia y las armas se justifica plenamente en escenarios en los que las fuerzas revolucionarias y populares generan sus mecanismos de autodefensa frente a las clases dominantes, que no dudan en acudir a los aparatos represivos e incluso al paramilitarismo para consolidar su poder.

Sin embargo, en el escenario donde la democracia burguesa se respalda en las fuerzas armadas fuertes y se fortalecen las formas capitalistas de acumulación, crece la desigualdad en la distribución de la riqueza, se generan las condiciones para construir redes de coordinación de movimientos sociales que pueden dar un salto a la representación política. (Ejemplo, el caso boliviano).

En el caso peruano, donde subsisten las contradicciones de clases, junto a otras formas de exclusión, como el racismo; donde el Estado está en manos de una clase dominante sin proyecto nacional, cuenta sin embargo con el control de los aparatos represivos con alcance nacional, y el respaldo de un empresariado vinculado al capital transnacional. La tarea es acumular fuerzas en un frente popular para combatir a estas redes político-económicas clientelistas.

En un escenario de este tipo, con las grupos insurrectos totalmente derrotadas y aplastadas militarmente por las fuerzas armadas, con un repliegue de las fuerzas de izquierda del escenario electoral, pero por otro lado, con profundas grietas sociales y de clase, donde la violencia social debe ser canalizada, a los comunistas nos correspondería asumir un papel de liderazgo de esas fuerzas para encausarlas hacia una plataforma amplia, que conduzca a un proyecto de refundación nacional y que construya un nuevo estado con una participación más activa en la producción y nuestros recursos naturales.

Esta titánica tarea no puede ser asumida solamente por un foco guerrillero o un partido militarizado en las condiciones socioeconómicas y geográficas de nuestro país. Debe ser asumida por una estructura política y social mayor, que además, y es indispensable, esté vinculada al proyecto de cambio latinoamericano y a la lucha por revertir el orden global actual que afirma una mayor concentración del capital, y una ofensiva contra los trabajadores del mundo.

La Revolución Peruana puede tener sus características propias, y como lo muestra Venezuela, Bolivia y Ecuador, puede abrirse campo desde el escenario electoral. A los comunistas nos corresponde acumular y preparar la fuerza popular, que, sin caer en la deformación electorera, y desde la lucha reivindicativa y programática, se convierta en la alternativa de cambio real para nuestro pueblo.