HOMENAJE
Por Juvencio Valle*
Nadie sabe dónde está, se supone que su paradero pertenece a algún lugar de la Tierra. La prensa burguesa deseosa de eliminarlo,aún a riesgo de desmentirlo, día a día proclama que ha muerto, en Guatemala, en Santo Domingo, en Vietnam, más todavía, asegura esa prensa seria que sus propios compañeros, le han asesinado.
Pero desde el fondo de las selvas bolivianas llega de repente la noticia, allí aparece vigorosamente resucitado el muchas veces muerto, allí está el hombre, el guerrillero heroico, desempeñándose como sólo él sabe hacerlo, pecho y rodilla en tierra, oteando el horizonte, fusil en mano. Ya no más mullidas alfombras ministeriales, no más timbres eléctricos, honores de rigor para el compañero ministro, por su espontánea voluntad voló a buscar la vida difícil, el peligro inminente.
Conocido ya su paradero, de inmediato, se arroja sobre él, no podía ser de otro modo, todo el peso de la jauría internacional, los perros de presa del mundo se congregan alrededor del león acorralado, los mastines de dientes más largos, los más inescrupulosos sabuesos ladran al unísono, frenéticos de oler en el aire tibio la sangre pura y sin mancha, pero el acosado no retrocede un ápice y gatillando el último disparo que le queda, afronta su destino, cual una inconmovible estatua de la dignidad.
Cayó luchando, como un héroe antiguo, siempre de frente, sin volver en ningún momento la cabeza, con vida aún, herido y desangrándose es arrastrado irreverentemente por los desfiladeros, sus perseguidores temerosos de la increíble magia de su poder, para rematarlo sin sobresalto, se emborrachan hasta la inconsciencia, ya en ese estado de bestias humanas le asesinan cobardemente, a quemarropa, qué destino el suyo, un héroe de su talla y de su temple, un gigante para todos los tiempos, no merecía tan despreciables contendores, tan bajos, tan miserables, tan cobardes…
* Poeta chileno
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