El sábado 23 de agosto se realizó la II Asamblea de la Coordinadora Política y Social (CPS). Desde mi punto de vista el evento salió bien y modestamente cumplidor, pero al margen de las evaluaciones del conjunto de la Asamblea yo quería detenerme en la participación de los jóvenes y de las juventudes.
Días previos al 23 los jóvenes organizados en la CPS realizamos varias coordinaciones, redactamos documentos, discutimos sobre la situación política, nos distribuimos la representación en la mesa y los más audaces hasta se atrevieron a opinar que “por favor este espacio no se vaya a convertir en una plataforma electoral”. Algunas complicaciones con la salud me habían mantenido al margen de las reuniones por varias semanas, razón por la cual la intensidad de los actos preparatorios incrementó mis expectativas.
El día de la Asamblea me preparaba para defender las tesis aprobadas por mi Partido y las juventudes, nuestras mociones, nuestros representantes. Pero cuando llegué los delegados de la juventud se redujeron de tres a dos, nunca hubo la posibilidad de presentar mociones y entre tanta cabecita blanca la verdad que los poco jóvenes que participaron parecían como sobrepuestos en un collage de fotos sacadas del Diario Marka.
Llegué a dos conclusiones. La primera es que los jóvenes estamos en un proceso de formación interesante, pero todavía nos falta madurar; desperdiciamos un escenario importante para ganarnos el respeto de la CPS; varias organizaciones estuvieron sin estar y si bien se veía que por ahí habían algunos jóvenes no actuamos en ningún momento como fuerza organizada (desde las cosas mas elementales como imprimirle alegría al evento a través de consignas, hasta cosas importantes como la calidad de las intervenciones y propuestas de las juventudes, incluso los niveles de unidad a los que hemos llegado no se plasmaron ese día).
Mi segunda conclusión es que no vi mucha coherencia entre el discurso y la práctica de los adultos políticos en relación a los jóvenes políticos. Lo que se nos dice a los jóvenes militantes políticos de izquierda es que si queremos ser promovidos, reconocidos y elevados a la categoría de par, pues tenemos que “demostrar que somos realmente buenos”, “ganarnos a pulso nuestro espacio”, incluso que debemos ser titanes políticos para que la historia nos ceda el paso. Lamentablemente tengo una apreciación critiquísima de la actitud de esos adultos que nos exigen excelencia. En muchos casos se nota que la representación juvenil es utilizada como una manera de “lavarse el rostro”, incluso los veteranos más exigentes estuvieron bastante condescendientes con algunos jóvenes que subían a proclamar discursos consignatarios. En suma me pareció que no se le exigía mucho ni se le daba los espacios debidos a los herederos de la izquierda peruana.
Finalmente creo que los jóvenes necesitamos abrirnos paso en el escenario político, necesitamos darnos la mano como juventudes de izquierda, progresistas y nacionalistas, nuestra pelea no es por un puesto decorativo es por un lugar en la vanguardia. No debemos conformarnos con estar, debemos prepararnos para ser. La única exigencia a las generaciones mayores es coherencia, la única exigencia para mi generación es avanzar.
Días previos al 23 los jóvenes organizados en la CPS realizamos varias coordinaciones, redactamos documentos, discutimos sobre la situación política, nos distribuimos la representación en la mesa y los más audaces hasta se atrevieron a opinar que “por favor este espacio no se vaya a convertir en una plataforma electoral”. Algunas complicaciones con la salud me habían mantenido al margen de las reuniones por varias semanas, razón por la cual la intensidad de los actos preparatorios incrementó mis expectativas.
El día de la Asamblea me preparaba para defender las tesis aprobadas por mi Partido y las juventudes, nuestras mociones, nuestros representantes. Pero cuando llegué los delegados de la juventud se redujeron de tres a dos, nunca hubo la posibilidad de presentar mociones y entre tanta cabecita blanca la verdad que los poco jóvenes que participaron parecían como sobrepuestos en un collage de fotos sacadas del Diario Marka.
Llegué a dos conclusiones. La primera es que los jóvenes estamos en un proceso de formación interesante, pero todavía nos falta madurar; desperdiciamos un escenario importante para ganarnos el respeto de la CPS; varias organizaciones estuvieron sin estar y si bien se veía que por ahí habían algunos jóvenes no actuamos en ningún momento como fuerza organizada (desde las cosas mas elementales como imprimirle alegría al evento a través de consignas, hasta cosas importantes como la calidad de las intervenciones y propuestas de las juventudes, incluso los niveles de unidad a los que hemos llegado no se plasmaron ese día).
Mi segunda conclusión es que no vi mucha coherencia entre el discurso y la práctica de los adultos políticos en relación a los jóvenes políticos. Lo que se nos dice a los jóvenes militantes políticos de izquierda es que si queremos ser promovidos, reconocidos y elevados a la categoría de par, pues tenemos que “demostrar que somos realmente buenos”, “ganarnos a pulso nuestro espacio”, incluso que debemos ser titanes políticos para que la historia nos ceda el paso. Lamentablemente tengo una apreciación critiquísima de la actitud de esos adultos que nos exigen excelencia. En muchos casos se nota que la representación juvenil es utilizada como una manera de “lavarse el rostro”, incluso los veteranos más exigentes estuvieron bastante condescendientes con algunos jóvenes que subían a proclamar discursos consignatarios. En suma me pareció que no se le exigía mucho ni se le daba los espacios debidos a los herederos de la izquierda peruana.
Finalmente creo que los jóvenes necesitamos abrirnos paso en el escenario político, necesitamos darnos la mano como juventudes de izquierda, progresistas y nacionalistas, nuestra pelea no es por un puesto decorativo es por un lugar en la vanguardia. No debemos conformarnos con estar, debemos prepararnos para ser. La única exigencia a las generaciones mayores es coherencia, la única exigencia para mi generación es avanzar.
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